Ventajas de los pesos libres
Proporcionalmente, es mayor el número de deportistas que utilizan pesos libres, ya sean barras o mancuernas, en sus entrenamientos caseros. Primero, porque requieren poco espacio para trabajar con ellos, y pueden guardarse en cualquier rincón. Si nos adentramos un poco más en las características del entrenamiento con pesos libres, podemos afirmar que sus ventajas, siempre que ejecutemos los movimientos correctamente, serán las siguientes:
Los pesos libres incrementan el desarrollo de las habilidades motrices del sujeto y estimulan un mayor número de fibras que las máquinas. La simetría de las palancas varía en cada persona, por lo que el uso de los pesos libres se adecua a cada uno de modo flexible, favoreciendo la adaptación al ejercicio. Además, hay pruebas de que estos útiles proporcionan un mayor desarrollo muscular y más fuerza que los aparatos. Con unos buenos conocimientos de Kinesiología del ejercicio, se puede modificar el estrés que recibe cada zona, con sólo cambiar la posición del banco, el ángulo de nuestras palancas o el recorrido de las barras o mancuernas. Es muy fácil modificar el tipo de contracción usando pesos libres: podemos ejercitar la fase excéntrica, concéntrica o incluso trabajar de modo isométrico con más facilidad que si utilizáramos aparatos, con el beneficio que esto puede significar para nuestro desarrollo muscular.
Hay muchas ventajas reservadas al entrenamiento casero de las que carecen los centros deportivos y que, si son aprovechadas, pueden hacer que se mejore más rápido y se sienta más cómodo que en un gimnasio.
En primer lugar, ya no se puede decir que no se ha entrenado por no tener ganar de acudir al gimnasio, porque ya se tiene muy cerca; se puede elegir el horario que más convenga para el entrenamiento. La privacidad es muy importante, sobre todo para lo que no se encuentran en un principio a gusto con su imagen y no quieran exhibirla en público; la concentración será máxima durante el tiempo que se le dedique a la actividad, ya que nadie distraerá; además, se puede elegir la música que más guste sin tener que esperar la aprobación de los otros socios, y no se tendrá que ir secando el sudor ajeno en cada uno de los aparatos utilizados.
No hay problemas de espacio: un equipo básico, con una barra y dos mancuernas, se puede guardar en cualquier armario de la casa.
El mantenimiento de los aparatos será imprescindible, con el objeto de reducir los riesgos al mínimo.
Como norma general, es necesario tener siempre presentes unas recomendaciones básicas para que la rutina sea ejecutada sin riesgos. En el caso de que se utilicen pesos libres, será aconsejable contar con unos conocimientos adecuados de educación física, con el fin de realizar correctamente los ejercicios. También será imprescindible, sin importar cuál sea la edad, hacerse un chequeo médico previo, para evitar posibles complicaciones posteriores. Es recomendable fijarse unos objetivos y construir un plan de entrenamiento a la medida de cada uno.
El aspecto más negativo de este entrenamiento es la soledad, que, en algunos casos, puede desembocar en una desmotivación progresiva y abandono de la actividad. La mejor forma de terminar con el problema es encontrar un compañero con un nivel semejante para que acompañe en la tarea o, en su defecto, contratar los servicios de un entrenador personal.
PONIENDO TODO EN MARCHA
A veces, si el presupuesto que se maneja es limitado, una mala elección de los accesorios y materiales de nuestra sala de ejercicio puede frenar nuestros progresos, por lo que es esencial conocer cuáles son los elementos imprescindibles y cuáles son los que se pueden ir incorporando con el paso del tiempo. A continuación se enumeran los componentes básicos con los que todo equipo casero debe contar.
Tu gimnasio deberá poseer, como mínimo, un juego de mancuernas y una barra ajustable, junto a 40 kilogramos de peso en discos y un banco plegable con soporte para press de banca; una colchoneta; un lazo para saltar; un cinturón, y unos guantes. La siguiente adquisición útil para completar tu equipo será una máquina destinada al trabajo cardiovascular, como una bicicleta estática o un pequeño step, sobre todo en aquellos casos en los que no sea posible disfrutar de una actividad aeróbica en las inmediaciones del edificio. El tercer paso, siempre que el espacio y el poder adquisitivo lo permita, consistirá en la incorporación de una pequeña multiestación. Aunque algunos deportistas prefieran contar desde el principio con una máquina o multiestación de ejercicios múltiples, no debes prescindir de los pesos libres. Está plenamente demostrado que los mayores beneficios se obtienen alternando los dos tipos de aparatos mencionados.
Como recomendación, debes recordar que siempre que hagas ejercicio, aunque sea en la casa, será necesario calentar, estirar y descalentar correctamente. Es aconsejable que, con el fin de evitar riesgos, se utilicen pesos manejables durante las sesiones en solitario, sobre todo en ejercicios comprometidos, como el press de banca, ya que un fallo muscular podría dar lugar a una situación complicada. En casa nadie cuidará ni limpiará los equipos, por lo que, si se descuida su mantenimiento, el deterioro será mayor que en un gimnasio. Un equipo en mal estado siempre implica riesgos; sería una pena sufrir un accidente por no haber tenido en cuenta estos consejos.
Aparatos caseros y multiestaciones
Algunos atletas prefieren incorporar aparatos a sus gimnasios caseros. Son muy pocos los que adquieren máquinas convencionales, propias de un gimnasio, con las que sólo es posible ejecutar un ejercicio determinado. Por el contrario, hay más demanda de las llamadas multiestaciones, que, ocupando prácticamente el mismo espacio que los aparatos comentados con anterioridad, permiten practicar un número casi ilimitado de ejercicios. Analicemos los pros y los contras ligados a su uso.
Las máquinas son mucho más seguras que los pesos libres, sobre todo para los principiantes, ya que el peso siempre estará bajo control y la carga, es caso de que falles en una repetición, retornará siempre a la posición inicial. Pueden ser perfectas para desarrollar los primeros niveles de fuerza, cuando los pesos libres aún son intimidatorios para algunos. En el lado negativo, podemos mencionar que los movimientos en las máquinas se hacen siempre sobre planos fijos, de forma no natural (además, las palancas de cada individuo son diferentes), y se reduce el estímulo que reciben los músculos, por lo que los beneficios son inferiores. Hay estudios que demuestran que el entrenamiento con aparatos no alcanza los niveles de contracción máxima. Además, suelen estar siempre ceñidos al mismo patrón, por lo que es muy difícil modificar el estrés de una región muscular a otra, como hacemos con los pesos libres. Prácticamente ningún aparato convencional está diseñado para trabajar en la fase excéntrica o isométrica del ejercicio. La última de las desventajas y quizás la más importante va unida al tamaño de estos aparatos, que, aunque han reducido mucho sus dimensiones en los últimos años, necesitan un espacio permanente y relativamente grande dentro de nuestro hogar.
A veces es imprescindible la colaboración para evitar riesgos. Como en el press de hombro.
Si contamos con la ayuda de un compañero, podremos hacer los ejercicios con más seguridad.