En su libro Hung Gar Kung-Fu, Eugene H. Ho pone el dedo sobre un problema al que se enfrenta todo novicio que lucha con las bases del boxeo chino: "El estudio de la respiración", escribe el señor Ho, "parece envuelto en el misterio". A diferencia de las técnicas visibles del boxeo, la respiración y la energía son fuerzas invisibles; no obstante, constituyen parte tanto del cultivo de la mente como del desarrollo del cuerpo.
Aparte de todos los misterios, el estudiante occidental padece una desventaja inherente, en comparación con su correspondiente asiático; dicho en forma bastante sencilla: somos respiradores superficiales, enseñados desde las primerísimas lecciones, en nuestros gimnasios escolares, a asociar la respiración profunda con la expansión de la parte superior del cuerpo y el desarrollo del pecho. Esto es contrario a todo lo asociado con el tema de la respiración benéfica, en países asiáticos. La respiración torácica o del pecho es incompatible con la opinión china del ejercicio saludable. Por tanto, el estudiante de kung fu debe estar dispuesto a olvidar mucho de lo que ha supuesto anteriormente, acerca de este tema. Una vez que ha conseguido el salto conceptual, el novato occidental descubrirá que mucho del misterio que rodea a la importancia de la respiración adecuada y el cultivo de ch'i en los ejercicios de kung fu desaparecerá.
La inspiración correcta, o respiración tan tien, emana de los músculos diafragmáticos en la parte inferior del torso. "La respiración es el Señor de la fuerza" es un antiguo proverbio chino y la aplicación regular de respiración tan tien en periodos cortos diarios de ejercicio incrementará la fibra, ayudará a la estabilidad y a la firmeza de pies y aclarará la mente para el flujo libre y la concentración de ch'i.
Recuerde siempre que los pulmones son una medida de fuerza: pulmones débiles y maltratados que emplean solo una fracción de su capacidad total dan por resultado fuerza insuficiente e incapacidad para concentrarse; pulmones fuertes y sanos, vaciados a intervalos regulares de aire estancado, dan por resultado fuerza mental y física. Según Robert Smith, "...esta es una verdad universal". Los infantes y los niños, irónicamente, respiran de modo instintivo empleando sus diafragmas; solo hasta que son mayores adquieren el hábito de la respiración torácica superficial.
El novato de kung fu (o en realidad quienquiera que esté ansioso de mejorar su condición física) debe esforzarse por respirar como un niño recién nacido.
Primero, tome usted la actitud de ir a horcajadas (o postura de montar a caballo). Esta es una posición antigua que han empleado por siglos los maestros de kung fu; puede resultar incómoda al principio, de hecho será incómoda, pero si se practica con regularidad, desaparecerán los dolores de piernas y de espalda que la acompañan inicialmente.
Concéntrese luego en su tan tien (un punto alrededor de 7.5 cm abajo del ombligo en la región hipogástrica). Inspire de modo profundo por las fosas nasales, pero no mueva el pecho en absoluto: ese es el meollo de los ejercicios; así, permita que este permanezca totalmente relajado y use nada más los músculos del diafragma. Concéntrese en la parte inferior de su cuerpo e imagine que el aire es impelido a sus pulmones, a través de la nariz, e hincha su vientre. Luego exhale por la boca, impulsando con el diafragma, para que salga el aire de sus pulmones. Mantenga regular el ciclo de respiración y evite cualquier esfuerzo indebido. Todo el proceso debe ser conducido en un ciclo suave y relajado.
No es difícil dominar este método de respiración, aunque al principio pueda parecer un poquito simple. Lo esencial es que uno debe perseverar. Después de las tres primeras exhalaciones por la boca, inhale y exhale únicamente por las fosas nasales, a menos que esté presente cualquier clase de bloqueo de senos, debido a fiebre de heno o resfrío. El objetivo de las tres primeras inspiraciones es "limpiar el sistema", o, más bien, los pulmones, de todo el aire estancado o impuro, acumulado allí. Después de eso, espirar por las fosas nasales hace más lento el ciclo y más benéficos sus resultados. He aquí unos pocos puntos que debe recordar:
- Al principio, no se exceda en los ejercicios respiratorios. Treinta o 40 ciclos son bastante para el principiante. Conserve recta la espalda y sobre todo (por difícil que pueda ser), relájese, relájese, relájese.
- Si las piernas o la espalda le causan verdadero dolor, interrumpa de inmediato el ejercicio. Jamás los esfuerce de manera insoportable para completar una cuota de ciclos. Esto es únicamente sentido común; no puede lograrse nada si el cuerpo está tenso con el esfuerzo.
- Para hacer sus ejercicios elija algún lugar que esté libre de polvo y vapores.
- Limpie su mente de pensamientos que no sean los de la concentración en su tan tien.
- Conserve la lengua cerca del techo del paladar.
- Nunca utilice cinturones o ropa ceñida que limite la expansión de su diafragma mientras hace ejercicio. En Occidente, a mucha gente le preocupa que se le vea alguna vez con el vientre "colgando"; restricción social necia y absurda impuesta principalmente por la tiranía de los diseñadores de modas. Escoja una habitación calmada, privada, si le preocupa que su familia o sus compañeros de apartamento ridiculicen su conducta. El cuarto de baño, si está bien ventilado, es un buen sitio.
La respiración tan tien regular tendrá un efecto sedante casi inmediato sobre su sistema nervioso. El desarrollo de ch'i ocurre únicamente con tal respiración. Muchos de los desórdenes nerviosos que afligen a nuestra sociedad e inducen a miles (e incluso millones) de nuestros compatriotas a atacar su cuerpo con tranquilizantes, podrían ser superados con facilidad mediante una breve sesión diaria de respiración tan tien, aunque no es posible recomendar con entusiasmo dicha práctica a cualquier lector.
Es difícil precisar con palabras la relación entre el ch'i y la respiración. El ch'i fluye con "la sangre y la respiración"; puede ser dirigido a cualquier parte del cuerpo, de las yemas de los dedos a las puntas de los pies. La práctica constante de respiración tan tien comenzará a familiarizar al estudiante con los poderes y energías internos que existen durmiendo dentro de él. Pero el progreso puede venir muy gradualmente; llega solo a base de paciencia, pericia y tan solo a la mente calmada y al cuerpo relajado; pero viene, y las repercusiones físicas de su presencia resultan estremecedoras.*
(*) Tomado de: Dennis, F., & Simmons, P. (1977). Respiración tan tien. En F. Dennis, & P. Simmons, Guía del Kung Fu para principiantes (págs. 31-34). México D.F.: Editorial Diana S.A.
No hay comentarios:
Publicar un comentario