miércoles, 15 de julio de 2015

Kung-fu: El período moderno

La crisis política que habría de conducir a la instauración de la República en China, se inicia unas décadas antes de la Segunda Guerra Mundial y concluye poco después de ésta.
La práctica del Kung-fu se resiente, tanto por el cambio social que implica como porque parecía impensable poderlo aplicar contra las armas modernas. No obstante, Mao Tse Tung escribió de joven un ensayo sobre los beneficios del Kung-fu y más tarde practicó Judo y Kendo (la defensa japonesa) en el Japón: la iconografía sobre la Larga Marcha muestra a menudo a los revolucionarios del Ejército Rojo adiestrándose en el combate cuerpo a cuerpo y haciendo uso de las protecciones (máscara, coraza y guantes) del Kendo. 
Vuelta la paz, la tradición del Kung-fu se adapta al gigantesco esfuerzo de transformación de la estructura social y es empleado para crear una disciplina deportiva a nivel de masas, que aporte al que trabaja las ventajas de una gimnasia simple y practicable en todo lugar, a los viejos los beneficios de una actividad motora interesante, y al pueblo en general un deporte, un espectáculo, una diversión. Se convierte en <<Arte Nacional>> y unifica las distintas concepciones. En Formosa, por el contrario, donde bajo el control de los nacionalistas se trasladan muchos viejos maestros que desde esta isla tienen fácilmente la posibilidad de partir a USA con un discreto éxito, se forma una base de practicantes sólida numéricamente, pero desorganizada por la división en innumerables estilos. Por lo que de América salta a Europa una corriente de Kung-fu más bien confusa.
Mejores resultados ha obtenido un japonés, de nombre Doshinso, que habiendo tenido ocasión de estudiar las técnicas originales de Shaolin antes de la guerra, ha organizado en Japón el importante centro de Todatsu para el estudio del Shorin-ji Kempho y actualmente empieza a enviar a todo el mundo profesores de esta especialidad.*

(*) Tomado de: Barioli, César. (1989). el Kung-fu. En C. Barioli, el Kung-fu (págs. 19-20). Barcelona: Editorial De Vecchi.

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